¿Qué lugar en tu vida ocupa la pesca con mosca?
Uno prioritario, entendiendo a la misma más como una filosofía de vida que como un pasatiempo, esta última tal vez para otros, su razón de ser. No es mi caso. Constituye un desafío con uno mismo y nuestras incapacidades, un acercarse a la belleza más profunda y menos obvia de lo natural, más bello y simple, y un potenciador de estados de contemplación, meditación y éxtasis, que provienen de cosas simples y magníficas. Es mi eterna amada y la musa por la cual he escrito largas historias. Una compañera de vida, que siempre está, estuvo y estará ahí, en los momentos buenos y en especial, en aquellos de dificultad. Una musa capaz de curar lo incurable.
¿Cuántas horas al año le dedicas?
Muchas más de las que normalmente los pescadores de mosca aficionados le dedican, y aún así y sin embargo, muchas menos de las que quisiera dedicarle. He llegado a dedicar hasta casi un total de 6 meses al año a la pesca con mosca, tanto en el río como en agua salada, aunque todas ellas en el pasado lejano. Mis actuales actividades me permiten no dedicar más de dos meses y días sumados. Aún ello, es un buen número.
¿Desde que edad pescas?
Mi primera caña de pesca con mosca la debo haber tomado a los 5 o 6 años de edad. Eso implica casi 45 años en la pesca con mosca. Fue sin embargo, a mis 20 años, cuando me decidí a retomarla por completo y con gran y potente intensidad. Desde ahí, no he parado año alguno, aunque han habido varios con prolíficas salidas a ríos y agua salada, y otros, menos que esporádicos.
¿Quién fue tu referente?
Me inició mi abuelo paterno, aunque fue mi padre quien sin pescar en demasía, dedicó interminables horas de su vida a llevarme a ríos, lagos y lagunas, en los que poder practicar pesca recreativa. Con el correr del tiempo y al iniciarme con un lindo fly shop en Santiago de Chile, tuve la fortuna de conocer al gran Jim Repine quien me introdujo en el mundo internacional de este arte. Gracias a Jimmito entablé entrañable amistad con leyendas como Leon Chandler – inventor de la cola de rata que hoy usamos y lamentablemente fallecido – y mis grandes amigos Dave Hughes y Rick Hafele. La cadena sigue luego con amistad con estrellas del casting como Steve y Tim Rajeff, y una larga lista entre los que se incluyen genios como Dave Whitlock, Ed Engle y un largo número de autores y pensadores de este bello arte.
En la actualidad ¿tienes algún ídolo en el mundo pesquero? ¿Quién y por qué?
No tengo uno, sino una larga lista de ellos, muchos de los que he citado antes. Todos reúnen como condición única, su simpleza y humildad. Es eso lo que de ellos atesoro, así como su capacidad de entregar y transmitir a un universo de personas, ávida de perfección en este bello arte. Fue aquella la razón que me llevó hace más de una década a fundar el conocido portal Ríos y Senderos, del que luego me retiré porque no compartía su cambio de filosofía.
¿Qué no te puede faltar a la hora de pescar?
Puede sonar extraño, pero me es infaltable una amiga y/o amigo, con quien compartir el momento a momento. Aunque suelo ser ermitaño en mi búsqueda de nuevos ríos, arroyos, lagunas y lagos, no lo soy a la hora de practicar el arte de la pesca con mosca en los mismos. He tenido la fortuna de tener un par de parejas que han sido mis compañeras en este arte, pero mi mayor regalo ha sido el tener a mi bella y deliciosa hija Claudia, como mi mejor compañera. Así también, a mis maravillosos amigos Alberto Maccioni y Patricio Guerra, con quienes nos hemos unido en cofradía hace ya mucho más de una década, en la búsqueda de ser mejores personas a través de la pesca con mosca. Y seguimos en eso. Y no vamos a claudicar.
¿Cuál es tu mejor recuerdo en una jornada de pesca?
Hay muchos, por cierto, pero existe uno que no olvidaré jamás, curiosamente en agua salada y en Belice. Junto con Claudia, mi bella hija de la que ya he hecho mención, logramos cobrar una palometa o permit, en condiciones de gran dificultad. Fue ella en realidad quien acometió buena parte de la tarea. Tenía 16 años. No dejo de sentir orgullo infinito por ella y por su temple y paciencia en la captura, con posterior devolución. Logré inmortalizar aquel día memorable, con numerosas fotografías. Muchas de ellas aún circulan en varios de los grandes tour operadores de pesca con mosca del mundo, y por cierto, en las publicaciones Turneffe Flats.
Curiosamente existe otro gran recuerdo de pesca con mosca, aunque no de una jornada sino de un lindo y largo seminario que me correspondiera dictar hace ya largos años. Fue allí donde conocí a quien sería mi pareja por largos 10 y bellos años. Ha sido la pesca con mosca la que me ha entregado no sólo alegrías en la misma, sino en todo ámbito de mi vida, que incluye el tener como amigos a las dos mejores personas que existan en este planeta y que ya he citado. No cambiaría nada de ella y de lo que en ella he hecho. Nada.
¿Hay algún lugar al que quieres ir a pescar y todavía no lo hiciste?
Hay una larga lista. Sin embargo, son Seychelles y Alaska, las que la encabezan. Todo a su tiempo se aprecia mejor.
¿Es posible ver o conseguir en algún momento el programa/entrevista que le hicieron en el programa a Jim Repine? He intentado volverlo a ver y no me ha sido posible; considero que es una de los mejores notas que he visto sobre el espíritu de la pesca y la visa misma. Gracias!
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